miércoles, 3 de junio de 2009

Mi espalda a veces te desconoce, te confunde, te transforma.
Mi espalda a veces te quiere, te extraña a ratos, me trastorna.
Mi espalda a veces responde a tus dedos, a veces se eriza de celos.
Mi espalda a
veces se incomoda entre el vaivén sobre la pared de tu habitación blanca y tus manos tibias.
Mi espalda a veces siente calor
y ansias por que la desnudes.
A veces siente
rencor por que la desnudas.
A veces siente
remordimiento porque la has desnudado.
Mi espalda es una parte de mi cuerpo muy incoherente, que amando parece inexistente y seduciendo parece omnipotente.
Mi espalda no es mi espalda cuando estoy contigo, me domina...
Mi espalda es solo una parte caprichosa, es mi divino
justificante y el único lado de mi cuerpo que mereces a mi partida, tiene vida propia y muerte sobre la herida...

Tiene naturaleza incróspita y mi muerte a su ceguera ininterrumpida.

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