domingo, 5 de octubre de 2008

5 de Octubre de 2008



Ayer encontré tus desencuentros bastante banales y errados, posteriormente noté que viajaste ayer a otro lado lejos de mis pasos por el terreno pedregoso de la lateral de una carretera de madrugada por la que me arrastro a prisa, y me pusiste a pensar que no me debo a ti y que sigues siendo mi espacio en blanco aún después de un año de no encontrarte el mas mínimo sentido.
Y es que con el paso de los años, uno encuentra tanto...tanto; que cuando lo encuentra finge que no quiso nunca encontrarlo y lo trata con crudeza y desencanto hasta perderlo y emocionarse otra vez por buscarlo.
A veces damos los pasos como si fuera el mundo a dejarnos atrás, a veces como si el mundo nos pareciera inmenso; y es porque pensamos que creamos un equilibrio concientizando los pasos, haciendo poesía algunos, haciendo negocios otros, mirando a los ojos, esquivándonos las almas, mirándonos los cuerpos, imaginándonos las caras; entregándonos de a poco, gota a gota, labio a labio, dejándonos de disfemismos desiertos y de eufemismos poblados, hablando en tonos rosados y sin ningún tono llamativo de verdad.
Solemos adornar con nuestro mayor esmero aquellos recipientes repugnantes en lo que depositamos nuestros desechos tóxicos restantes del sudor de nuestros sueños, que cansados y sofocados tratan de alcanzarnos el paso y como si trataran de decirnos algo nos abren la boca y nos cierran los ojos, mientras con sus manos intentan romper el viento y la barrera de espacio que los alejaron en primera instancia de nuestras almas apresuradas y monocromáticas.
Nos persiguen los colores e insistimos en pintarnos grises y tibios, inconformes conformistas, edificarnos como una estatua a la antítesis y a la ignorancia de pensar que somos todo y somos nada, que queremos todo y no queremos nada, pero aún así nuestra siniestra actitud es de aquel presuntuoso que finge saber y buscar, que finge no ser sorprendido por nada.
Y es que ¡¿Por qué fingimos?! ¡¿Por qué mentimos?! ¡¿Por qué decimos que no hay ningún fantasma que nos atormenta recordándonos que la arena en la espalda así como en los relojes cae de a pocos pero pesa?! Y es que sí... pesa tanto!!! Últimamente me ha pesado tanto que he pensado incluso en ponerme a dieta para ser mas ligera y más ágil para poder voltear y abrazar el montículo de colores volátiles que me persigue... más ágil por favor, más ágil.
Es extenuante, lo sé, es frustrante leer esto y escribirlo, pero si has llegado hasta aquí, sígueme e imagina ese zumbido en tus oídos de la presión del fondo del mar de dudas en el que vivimos, imagínalo y piensa que lo eres todo, que no hay nadie más que tú, que decir que no te pasa nada, es decir que te pasa algo, que decir que sabes algo, es decir que no sabes nada, que eres todo... que no eres nada... sábete que de la nada nada se dice, tú eres todo, ¿Qué tienes que decir por ti?.
Son ya veinte años de tedio, de aire despabilador a momentos, de cubetadas de agua fría que sacuden instigando el grito de aceptación... ¡está lloviendo y yo tengo frío!

Sintamos más y pensemos menos.

Mirémonos las almas y olvidémonos del cuerpo, que al final lo único que todos perseguimos es alguien que le haga el amor a nuestra alma, no quien nos provoque un orgasmo.

Llamémosle a la muerte muerte y a la vida vida, no satanicemos las palabras ni las hagamos diplomáticas, el sexo es sexo, el deseo deseo, lo grotesco grotesco, lo crudo crudo, no castiguemos a las palabras, abracémoslas y perdámosles el respeto, violémoslas y poseámoslas como mejor nos plazca.


Volemos más y arrastrémonos menos, arranquemos las raíces de las semillas malagradecidas que jamás brotaron fuera de la tierra después de un año de regarlas.


Pero sobre todo sábete ser todo y niégate ser nada, quítate el sostén y salta a la vida amiga alma... esto apenas comienza.

¡FELICES VEINTE!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

SENTIR MAS Y PENSAR MENOS...
ME AGRADA ME AGRADA, SENTIR ES FACIL... PENSAR TAMBIEN PERO MAS TRABAJO Q HUEVA

-••::- *the яәal uяban* -::•• dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
kymeraz dijo...

De nuevo me quito el sombrero ante semejante escritura, no dejes que el rigor de la filosofía te quite la simpleza de la literatura ¡jamás!