La palabra no fue dada al hombre. Él la tomó. Louis Aragon
No querer nada es aprender un poquito a solventarse el sentimiento uno mismo, lo mismo pasa con las vacunas, con los anibióticos y los anticonceptivos. La pregunta siempre queda en el aire ¿Se puede vivir sin uno mismo y sin su otro yo?
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Foto: Sin!
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