Parece que vivimos con neblina en la mirada y nos atrevemos a decir que estamos madurando, que podemos hablar de amor, nos atrevemos a mirarnos unos a otros a los ojos finjiendo ver un alma presuntuosos de nuestra capacidad de profundizar en algo tan complejo como lo es el ser humano, nos atrevemos a dejar que nuestro deseo arrebatado nos atraiga con una fuerza tan pasional como vacía y nos atrevemos a llenar esa pasión con besos y caricias, con placer y con éxtasis, sólo para encontrar al final de ése capítulo ideal que no sabemos nada, que me tocaste y me besaste y me estrujaste y me quisiste, me quisiste tuya y me presumiste ambigua, no te diste cuenta que tras una mirada fija que quieres pretender confusa, hay una luz que irradia con toda la intensidad de lo que tú escondes...
"(...)¿Cómo te atreves a con semejantes dedazos tocar una partitura tan sublime?(...)"Rebeca